¿Le cocina los sesos
llama que no ha encendido
y su canto anhelante?
Cien férvidas hazañas,
siembra de gestas vivas,
exploración de soles,
almacigo de sueños,
muchos nardos alzados...
Ojalá fuesen suyos!
Todo un haber en ascuas,
inasible a sus vuelos
como la luz y el aire
de aquella otra corona
nevada que ha perdido.
¿Acaso sus camelias
logrará ensimismar?
¿Y cuando el tiempo llegue
a su reclamo justo,
qué voz o qué silencio merecer?
XII. 1987
Publicado en el libro MUSICA DE SINFINES 1988 de Eutiquio Leal
(Página 77)
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