difuminándose
en el caos senáculo del viento.
Navegando y sonriendo las violetas
se tornarán placentas azafranes
en los ojos del alba
y en las hojas recónditas del fuego.
La oquedad y sus labios tornasoles
arrebolan ahora el unicornio
y acarician con trenos
el vivero intérnales
del tallo perforando a la sonrisa
vertical de la carne.
VI, 1987
Publicado en el libro MUSICA DE SINFINES 1988 de Eutiquio Leal
(Página 161)
(Página 161)
No hay comentarios:
Publicar un comentario