entre los dedos locos
y se alza vibrante de raizal emoción.
Lo ansia cada afán y lo siente convulsa
la sangre conmovida a su tangencia.
Oh suavidad vehemente en amapolas
que genera tibiezas al sumo confortables!
Todo plumones, todo musgo arisco
y habitar su hondonada
bajo las yemas de los miembros todos.
La temblorosa vecindad en celo.
El contacto a la cara o al escote
por el vientre o las algas
provocarán los despertares íntimos
del pistilo o el bulbo.
Los calores volcánicos del cáliz,
la tensión del estambre elevado a embriaguez
y la sublevación del humus mismo:
dispuestos a su hallazgo
y ensombrecidos por su propia hoguera.
Pilosidad a trechos anhelantes,
panas y girasoles y honduras y deseos
son el ser en volumen hacendoso
que ha descubierto al tacto viva topografía
compartida de besos codo en tierra
y en su profundo espacio
donde se muere como el Ave Fénix.
II, 1988
Publicado en el libro MUSICA DE SINFINES 1988 de Eutiquio Leal
(Página 171)
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