la vida
como ha sido la piel de los ilotas
o el parpadear del tiempo
y el deslumbre de azul
en estas lujuriosas alboradas.
Hay un verde alacrán de invernadero
muy dentro de las horas,
enamorante
por rescatar hasta el aliento mismo,
casi alcanza a emerger
del tan abismo indómito
que siente cascabeles cómo existe
poseso su murmullo alebrestado.
VIII, 1987
Publicado en el libro MUSICA DE SINFINES 1988 de Eutiquio Leal
(Página 159)
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