cuando hablaba en incierto duermesueña
intenté por tres luces
las letras de su imagen,
pero que entre pucheros y murmurios
las palabras dormidas una a una
como burbujas ocres se quebraban al vuelo.
Por supuesto que de estas centellas no cosecha!
Muchas veces quisiera confundido
más bien tragarme aquellos ramalazos sonoros
en los cuales fenece el mismo nombre
o misma imagen obstinada
que a clavos me atormenta
siempre dormido y/o despierto siempre.
Confiemos que algún sueño veleidoso
ha de enterrarla en una amante ortiga.
I, 1988
Publicado en el libro MUSICA DE SINFINES 1988 de Eutiquio Leal
(Página 125)
(Página 125)
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